En la preparación del capítulo de Horizontes comunes sobre espacio público y salud común entrevistamos a varias personas participantes en la iniciativa «que no faltin mascaretes» (que no falten mascarillas). Hicimos una entrevista grupal a través de un documento colaborativo, mientras el equipo se reunía para preparar una exposición en diciembre de 2020.
Experiencia local
La falta de mascarillas y material de protección en centros sanitarios y residencias de tercera edad durante la primera fase del confinamiento por la pandemia del COVID-19 (marzo-junio de 2020) propició la articulación de una red auto-organizada para su producción y distribución en Premià de Mar (municipio en la costa norte de Barcelona, en Cataluña) en la que participaron unas 50 personas que fueron capaces de producir y entregar 4.000 mascarillas. La iniciativa surgió del grupo Tela Marinera, de la asociación de familias de la escuela de primaria Mar Nova y a partir de ahí se fueron incorporando otras personas.
TM: Diferentes luchas, la última para evitar el cierre de la escuela Mar Nova, unieron mucho a un grupo de familias y es de este grupo del que nació la iniciativa que después se expandió.
TM: La iniciativa surge de una compañera de Tela Marinera que trabaja en el sector de residencias de abuelos que vio la alarmante falta de recursos y la necesidad de coser mascarillas. (···) Empezamos haciendo un anuncio para ver quien necesitaba mascarillas y mucho gente contestó pidiendo. (···) Fuimos unas 50 personas, básicamente mujeres. Dos hombres cosieron y dos mas participaron en el reparto y en la esterilización.
TN: Una empresa nos dio trapillo y varias nos dieron ropa, goma elástica y cintas de bies. (···) Teníamos dos empresas (una de leche y la otra odontóloga) que se ofrecieron para esterilizarnos las mascarillas.
SG: Fue una vía de escape (···) ratos en que me sentía acompañada, podía imaginaros a todas cosiendo y era un sentimiento de comunidad muy reconfortante.
C: Estaba un poco deprimida. Entonces, hablando con mi vecina que me traía el pan y me lo bajaba con una cuerda desde su terrado, me dijo que mirase en el whatsApp del barrio que pedían gente para coser mascarillas.
A: Yo fui una de las repartidoras (···) las paradas eran fugaces pero te llenaban de calor humano, intercambiamos sonrisas y reconocimiento mutuo.
Estrategias desde un enfoque procomún (oportunidades)
TM: Fuimos a la escuela a buscar ropa y la trajimos a casa de A., el centro logístico de la iniciativa, que vivía con M. (su hermana) con sus hijos pequeños. Allí dos de nosotras cortábamos las piezas de ropa y las gomas y preparábamos las bolsas para llevar a las cosedoras. Los encargados de repartir recogían las bolsas y las repartían en las casas de las cosedoras dos o tres veces a la semana. Después recogían las mascarillas ya cosidas y las entregábamos a los encargados de esterilizarlas. Una vez esterilizadas se volvían a traer al centro logístico donde se secaban. Después se volvían a empaquetar y se repartían en los centros sanitarios y residencias.
TM: R., que todo lo ve fácil y divertido, hizo varios tutoriales. Había una cosedora profesional que también mandó tutoriales de cómo coser las batas. Mucha gente aprendió a coser. Aprendimos que si se trabaja en equipo se pueden hacer cosas muy importantes.
TM: Tanto para buscar participación como para que la iniciativa llegara a los centros para recibir encargos se utilizaron las redes sociales con las cuentas del AFA que ya existían: Twitter, Instagram y Facebook con el hashtag #QueNoFaltinMascaretes. También se usó whatsapp y llamadas de móvil para coordinarse.
Problemas y desafíos (retos)
Las residencias de ancianos fueron las más perjudicadas por el primer embate de la COVID19 en el estado español, con un número muy relevante de casos graves y muertes; sufriendo una fase inicial en la que fueron desatendidas por la administración pública, sin recibir ningún material de protección. Los profesionales de las residencias tuvieron que espabilarse con muy poco apoyo y, en algunos casos, lo recibieron de la comunidad más próxima. Una de las residencias de Premià de Mar (de titularidad privada de una compañía francesa, que luego fue intervenida por la administración) muy próxima a la escuela Mar Nova tuvo un número importante de contagiados y muertes por COVID19.
R: Durante semanas viví los peores momentos de mi vida profesional como enfermera. (···) Había mucha urgencia, hablábamos a diario con las responsables de las residencias y se necesitaba mucho material (···) No era sólo un grupo haciendo mascarillas (···) eran momentos de compartir y creer que era posible, y fue posible.
TM: Ante la necesidad surgió la acción ciudadana, casi sin darnos cuenta. Creemos que hicimos un servicio importante durante un tiempo donde no había nada.
TM: Cuando nos planteamos hacer las mascarillas no sabíamos si las utilizarían, por eso llamamos a un par de residencias de la zona y nos dijeron que sí, que por favor lo hiciéramos porqué era muy necesario.
Preguntas abiertas y temas pendientes
- ¿Como tenemos organizada socialmente la producción y distribución para que no hubiera material de protección sanitaria disponible y el que había no llegara dónde era más necesario?
- ¿Qué modelo de envejecimiento y cuidado de la vejez tenemos y qué papel tubo ese modelo con lo que pasó en las residencias?
- Esta capacidad demostrada de auto-organización popular para la producción distribuida ¿podría ir más allá de la espontaneidad del momento y ser algo con lo que contemos socialmente? ¿Podría esta capacidad de producción de proximidad aprovecharse mejor y ser una alternativa al modelo de producción globalizada imperante?
- ¿Qué otras experiencias similares se han dado en esta crisis y qué tienen en común con esta?
Otras iniciativas similares
- Xarxa de Dones Cosidores (Red de Mujeres Cosedoras) de Nou barris, en Barcelona. Referencias en: Teixidora.net · Barcelona.cat · Vídeo en La Veïnal · Etcéteres
- Cosidores del Lluçanès COVID19 en la comarca del Lluçanès (interior de Cataluña). Referencias en: Vídeo en FB · Twitter @cosidorllucanes
Leave a Reply